Tal y como estaba previsto, el sábado 24 de noviembre se realizó la excursión organizada por Alavesia, Asociación de Amigos del Museo de Ciencias Naturales de Alava, para conocer algunos de los musgos y hepáticas que viven en nuestro entorno natural.
La excursión estaba preparada con el objetivo de descubrir la asombrosa variedad de especies, formas y estrategias de vida de los briófitos, un grupo de vegetales que suele sorprender por la diversidad de aspectos que presentan, todo ello a escala diminuta y a pesar de su aspecto humilde.
Un total de 22 personas participaron en la excursión. Un número adecuado, porque el pequeño tamaño de los briófitos obliga al observador a acercarse mucho y a agacharse al nivel que viven estos vegetales. Afortunadamente, el tiempo permitió hacer la excursión más agradable, porque no llovió (pero el ambiente estaba lo convenientemente húmedo para facilitar la observación de las especies) y tampoco hizo el frío que podría haber hecho en las fechas que estamos.
Dos de los botánicos del Museo de Ciencias Naturales de Alava, Patxi Heras y Marta Infante, especialistas en briófitos, guiaron a los participantes mostrándoles algo más de 30 especies seleccionadas por representar grupos ecológicos y adaptaciones propias de estos vegetales. Todas ellas son especies comunes en nuestro entorno geográfico que ilustran muy bien la riqueza de nuestra vegetación muscinal.
Tras una introducción presentando los rasgos esenciales de los briófitos, durante tres horas los participantes observaron, provistos con las imprescindibles lupas y en un reducido espacio en torno al parking del Jardín Botánico de Santa Catalina de Badaya, las especies características de los suelos humíferos del bosque y los epífitos que crecen sobre los árboles.
Una breve parada junto al puente sobre el río Oca en Mártioda sirvió para conocer unas pocas especies ligadas al río, así como los musgos que colonizan la roca desnuda y seca en el petril del puente.
Una sencilla guía, preparada para la ocasión, ayudó a visualizar algunos de los detalles más interesantes de cada especie observada. La excursión fue, en definitiva, una ocasión para acercarse a unos organismos que, aunque viven muy cerca de nosotros, pasan desapercibidos y que, como uno de los participantes expresó muy acertadamente, son “todo un mundo”.
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