El Consejo Internacional de los Museos (ICOM) define museo como “una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, difunde y expone los testimonios materiales del hombre y su entorno para la educación y el deleite del público que lo visita”.
La definición no resulta nada novedosa, todo el mundo reconoce lo que entraña la palabra museo, pero si reflexionamos un poco, podemos darnos cuenta de la importancia que puede tener un museo, en este caso un museo de ciencias naturales en nuestro conocimiento del mundo que nos rodea.
Los “testimonios” a los que hace alusión la definición constituyen las colecciones del museo. Las colecciones son el corazón de un museo. En el caso de un museo de Ciencias Naturales, las colecciones hacen que un museo de Ciencias Naturales sea una institución singular, diferente de otros centros en los que se realiza investigación científica y mucho más que una sala de exposiciones. Un museo de Ciencias Naturales se construye en torno a sus colecciones, ya que éstas se convierten en la fuente de todas sus actividades. Aumentando y conservando sus colecciones, un museo de Ciencias Naturales contribuye a salvaguardar el patrimonio natural, cultural y científico.
El patrimonio de un museo de Ciencias Naturales radica en sus colecciones, que sólo en una pequeña parte están expuestas de forma didáctica al público Pero lo importante es que las colecciones de geológicas, botánicas y zoológicas están en la base del conocimiento científico. La observación, recolección y el estudio e investigación de estos elementos nos permiten avanzar haciendo ciencia.
Desde aquí os invitamos a acercaros a visitar el Museo de Ciencias Naturales de Alava con nuevos ojos.
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