Excursión del 9 de noviembre de 2013

ATAPUERCA, MUSEO DE LA EVOLUCIÓN, LAS HUELGAS (TODO ELLO EN BURGOS)

Algunos tenemos tendencia a que Dios ayude a los demás, que madrugan, y que a nosotros nos deje en paz. Por lo cual manifestamos nuestro inquebrantable amor a la cultura estando disponibles a las 7’30 de la madrugada del sábado 9 de noviembre, festividad de Nuestra Señora de la Almudena, para ir de excursión al yacimiento de Atapuerca, al Museo de la Evolución y al monasterio de las Huelgas. Era tan temprano que, como pudimos comprobar desde el autobús, no estaba puesto ni el campo: una densa niebla ocultaba el hueco.
Burgos2013_01 A las nueve de la mañana, ya amanecido y con sol pero con un frío de considerable interés y una suave brisa que cortaba el cutis y el ánimo, comenzamos la visita al yacimiento de Atapuerca. Se trata de un corto paseo por la Trinchera del Ferrocarril, acompañados de un mucho más que competente paleontólogo guía del que no oí el nombre (lo siento mucho y todavía no sabía que tenía que escribir esto). El paseo, de alrededor de 40 minutos, permite entender lo que es una formación kárstica y cómo están dispuestos los estratos y, casi, comprender las técnicas de excavación. La estructura general del yacimiento –sin, lógicamente, ni patear ni ver los sitios concretos en los que en este momento se trabaja— sólo se puede entender de verdad si se visita el lugar. El sitio merece la pena y, aunque no vimos el nuevo y recientemente inaugurado centro de recepción e interpretación, aviso a visitantes futuros: fíjense en la maqueta de los yacimientos que está en la planta baja del centro. Hace más fácil la comprensión de la posterior visita al lugar.

Para las 11’30, según horario previsto, estábamos en la ciudad y dentro del Museo de la Evolución. Es una visita obligada para cualquiera con interés en la paleontología humana: no arqueología ni prehistoria, aunque a veces se solapen los campos de conocimiento y las interacciones sean necesarias e imprescindibles. Los paleontólogos estudian la evolución, un problema puramente biológico. Burgos2013_03
Aparte de las ‘cabinas’, por llamarlas de alguna forma, que explican muy bien cómo y por qué se formó el yacimiento de Atapuerca y las salas magníficas de los fósiles propios de este yacimiento (un escalofrío ante los restos mínimos de Homo antecessor y otro frente a ‘Miguelón’ –Homo heidelbergensis— como los restos más conspicuos, pero no más importantes que el resto), el resto del Museo, quizá más convencional, merece una visita cuidadosa. Es una oportunidad de aprender y de ver, en las correspondientes reproducciones a tamaño real, que nuestros ancestros no fueron tan feos. Un deporte divertido para el resto de la vida consiste en encontrar parecidos razonables entre aquellos antepasados y la gente actual que uno se encuentra cuando viaja en el tranvía o está en una sala de espera…
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Después de comer en las mismas instalaciones del complejo evolutivo, la tarde continuó con la visita al monasterio de las Huelgas. Desde los cientos de miles de años atrás, viajamos a sólo siglos atrás: otro salto en el tiempo imprescindible para comprender nuestro presente. Es arte en estado puro y la comprobación, una vez más, de lo bien que se lo han montado algunos a costa de los demás. Y, ya sé que soy infantil, a mí lo que más me gusta de todo el complejo es el maniquí de Santiago (una imagen articulada del santo) que armaba caballero al correspondiente rey castellano. Y a casa para las ocho y media de la tarde.

Publicado el 11 diciembre, en Presentaciones, Reciente. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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