Algunos animales basan parte de su estrategia de supervivencia en escaparse más rápidos que sus perseguidores; otros, en cambio, prefieren esconderse. Una mezcla de las dos estrategias la usan animales tan distintos como las cucarachas o las salamanque-sas (gecos). Cuando llegan al final del camino (una hoja, por ejemplo), como artistas de circo, simplemente giran 180º y caminan por la parte opuesta de la hoja.
Los insectos, para este alarde de agilidad, se apoyan en las ‘uñas’ o ‘garras’ del último par de patas. Las salamanquesas aprovechan las propiedades adhesivas de los pelillos de sus patas, que dieron la idea para el desarrollo del velcro. Como podéis ver en la peli-culilla adjunta, si se le cortan las uñas a la cucaracha, el resultado es un castañazo contra el suelo.
La película y la investigación, publicada en PLoS ONE el pasado 6 de junio, se debe a un equipo de la Universidad de California en Berkeley que ha aplicado la habilidad de es-tos animales a un pequeño robot experimental. Su esperanza es desarrollar, gracias a esta inspiración en la naturaleza, robots de rescate y de búsqueda.
Para saber más:
Publicado en PLoS ONE
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